Mi cabeza se despeja, siento la expansión de mi apretada mente cotidiana. Estoy en otro lugar, un clima diferente, inmenso, desolado, y no se como he llegado hasta aquí. Ante mis ojos, mis pies extendidos por delante, levemente caidos en oblicuo hacia abajo, suavemente flectados. Estoy flotando, desplazándome, y estoy en paz, alerta, y muy lúcido. Más allá de mis piernas, presencio la inmensidad del océano y su horizonte. Siento algo de ansiedad al percatarme que estoy en medio del mar, sin tierra a la vista. Es un espacio tremendo, increíble, solo el mar, el cielo completamente despejado y yo. Me impacta la pureza, la grandiosidad y la crudeza de los elementos. El mar es imponente, sus olas se confunden unas con las otras, no para de moverse y mutar tal como el altamar que conozco, sin embargo parece calmo, ondeante, y el dia está hermoso, azul brillante.
Mi cuerpo gira suavemente para dejar mis pies algo más hacia abajo y mi rostro de frente. Puedo ver las olas allá abajo, a unos 5 metros de altura. El mar es una masa inmensa de color verde oscuro, cambiante, imponete, profundo. Siento al viento atravesándome sin impactarme. Escucho el agua moverse.
A lo lejos, aparece lentamente una cuadrilla de estructuras cúbicas respaldecientes en medio de la nada. Me acerco paulatinamente y comienza acrecer mi curiosidad. Puedo notar que es una ciudadela, organizada quizá en unas 10 o 12 cuadras, y me desplazo hacia uno de sus pasajes sin desviar mi rumbo, como si mi trayectora se hubiese proyectado en una linea recta desde el principio. Puedo descender un poco e internarme en sus callejones. Se trata de estructuras de bordes metálicos robustos, perfiles de color gris en su mayor parte, compuesto por ventanas crsitalinas muy gruesas, al menos en las caras que afloran hacia la superficie, incluidos los techos. Me impresionan como cubos perfectos, de a uno, dos o tres pisos apilados unos sobre otros, ordenados perfectamente en cuadras de una o dos de estas estructuras de ancho, como piezas de un lego. Todas estas torres son transparentes con bordes metálicos. Sus vidrios son cristalinos , quizá suavemente ahumados. Están semisumergidos en el mar. No logro divisar las bases de las estructuras pues abajo, en el callejón, hacen sombra sobre el mar. Parecen firmemente ancladas pues no presentan ni la mas mínima inestabilidad, pero emergen del mar profundo!.... Me impresiono, como cuando observo en el puerto los cascos de los grandes navíos sumergirse, y las olas los golpean suavemente. Parecen habitaciones a escala humana. Es absurdo; me es incomprensible que en medio de la nada surja una ciudad como ésta.
Algunos de estos cubos incluyen otras estructuras metálicas: terracillas mínimas, antenas laterales, tuberías, sujecciones, formas mecánicas que no comprendo. Mi curiosidad es inmensa, decido acercarme al cristal de una de ellas, un segundo pisob en relacion al nivel del mar, creo, y con cautela miro hacia el interior. Logro divisar muebles, un mesón, quizá alacenas, uno o dos sillones como los que usan los dentistas. Me impresionan como una habitación con fines científicos. Todo está muy solo, no hay nadie habitándolas. No hay luces, ni ruidos que emanen desde allí. Logro percibir la total transparencia de sus paredes, veo muchos objetos que no logro reconocer en su función. La habitación debe tener unos tres metros de arista.
Me alejo de la estructura y me coloco en el pasaje. me deslizo por el callejón mientras contemplo la uniformidad de la ciudad y los modestos detalles que hacen especial a cada cubo, tuberías por aquí y por allá rompiendo las simetrías, pero todo perfectamente organizado, perfectamente alineados. Esta civilización no ha improvisado en nada.
Percibo el borde donde termina esta intervención. Al fondo , en perfecta y armónica perspectiva distingo el horizonte oceánico perfectamente delineado bajo el cielo azul. Me deslizo hacia el mar abierto. Cruzo la ultima linea de geometría y me interno hacia el océano. Mi velocidad comienza a aumentar y siento el viento en mis oídos. con esa sensacion de aceleración suave y progresiva voy recuperando la sensación del peso de mi cuerpo recostado sobre mi cama, aunque perduran en mis sensaciones internas las huellas del desplazamiento...
destat